Frank McCourt, propietario de la Olympique de Marsella, se espera en el Vélo-drome el sábado 23 de agosto para el partido contra Paris FC. Esta visita marca un rápido retorno después de la temporada anterior, en un contexto de tensiones exacerbadas por el incidente de Adrien Rabiot y Jonathan Rowe. El objetivo principal de McCourt es discutir las reformas del fútbol francés y los derechos de radiodifusión, en particular con respecto al nuevo canal Ligue 1+, lanzado en julio de 2025. La inestabilidad que rodea los derechos de televisión ha impulsado al club a fortalecer su estrategia de seguridad financiera, cuestión que McCourt pretende discutir directamente con Pablo Longoria.
La visita también tiene lugar en un contexto de crisis interna. Rabiot y Rowe fueron colocados oficialmente en la lista de transferencias siguiendo comportamientos considerados inaceptables en el vestuario después de la derrota contra Rennes. El club justificó esta decisión como medida colectiva, de acuerdo con el código de conducta interno, y anunció esto a los jugadores la semana siguiente. El futuro de estos dos jugadores es incierto, con un creciente interés en clubes como Bolonia y Sunderland para Rowe, y una disposición de la OM para recuperar casi 15 millones de euros para Rabiot, con una posible reserva o reinstalación parcial a largo plazo.
La llegada de McCourt a este juego es por lo tanto crucial para aclarar la estrategia del club en varios frentes. Podrá afirmar su posición sobre las discusiones de los derechos de la televisión y validar la trayectoria de Ligue 1+, ayudando así a estabilizar el tesoro deportivo. Además, tendrá la oportunidad de posicionarse en las decisiones disciplinarias y en el futuro deporte de Rabiot y Rowe, proporcionando apoyo a la gobernanza deportiva y enviando una señal fuerte al grupo. Simbólicamente, su presencia atestigua su participación en el equilibrio del club, apoyando a Longoria y De Zerbi en una situación que desafía la imagen y cohesión del vestuario.