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Justicia deportiva: Víctor revela la inquietante deriva

El caso Victor, reportado con especial atención por el periódico L’Équipe, es un ejemplo preocupante de las posibles derivas de los cuerpos disciplinarios de fútbol francés. El incidente, que vio a un partidario de Stéphanois, Víctor, acusado injustamente de quemar a un fumador en un partido ASSE, revela una tendencia alarmante: las sanciones impuestas sin tener en cuenta la verdad, sacrificando a individuos inocentes en nombre de un procedimiento disciplinario fallido. El hallazgo es amargo: un fumador, un partidario designado, la justicia ciega.

El curso de los acontecimientos es aparentemente simple. Durante un partido entre AS Saint-Étienne y Troyes, se encendieron varios fumigantes, lo que dio lugar a la lógica sanción de cerrar un stand para el club. In an attempt to obtain leniency from the LFP, ASSE filed a complaint against several alleged supporters identified by video surveillance. Víctor, un mero espectador y despedido en un club del Loira, se encontró injustamente atrapado en esta maquinación. Despite the acquittal by the court and the lack of formal evidence linking it to the facts, the FFF Disciplinary Commission suspended two games, followed by an increase in the penalty to ten games by the High Appeal Board, argued that the absence of criminal proceedings did not guarantee the absence of disciplinary misconduct.

El Comité Olímpico Nacional propuso finalmente la anulación de la sanción, destacando una mala interpretación de los hechos, una inversión de la carga de la prueba y una motivación insuficiente para la decisión. Lamentablemente, este caso no está aislado. Muchos partidarios denuncian un sistema de denuncia arbitraria, donde los clubes, para evitar sanciones colectivas, proporcionan nombres a veces al azar. El Presidente del Comité Disciplinario trató de justificarse torpemente, reconociendo la incapacidad de verificar la identidad de las personas denunciadas. Al final, el caso Victor arroja luz sobre un sistema disfuncional en el que los clubes descomponen sus responsabilidades, las comisiones disciplinarias imponen sanciones precipitadas, y la justicia está cargada de procedimientos innecesarios, dejando a las víctimas como Víctor sufrir las consecuencias de la justicia implacable.