Lucas Stassin, el recluta más caro de la historia de AS Saint-Étienne, pudo cumplir con las expectativas que se le pusieron a pesar de las dificultades encontradas por el club Stéphanois en el contexto de su retención en la Liga 1. La llegada de este atacante belga de 20 años, que ganó una inversión récord de 10 millones de euros el pasado agosto, fue una apuesta audaz por la nueva dirección, ansioso por fortalecer significativamente el ataque y marcar un punto de inflexión en la reconstrucción del equipo. Tan pronto como llegó, Stassin expresó su entusiasmo por unirse a un club mítico y contribuir a su regreso al primer plano, expresando gran impaciencia por descubrir el público y el nivel competitivo del campeonato.
A pesar de un período de adaptación inicial, Lucas Stassin rápidamente se estableció como un elemento clave del ataque de Stéphanois, demostrando una versatilidad significativa como contrabandista y huelguista. Después de ofrecer un paso decisivo en octubre, celebró su primer objetivo contra Toulouse, marcando el comienzo de una impresionante serie. Su impacto en el juego es innegable, regularmente tirando al equipo hacia adelante y mostrando una regularidad que ayuda a aliviar la presión en todo el colectivo. Sus actuaciones le permitieron estar entre los jugadores menores de 20 años que marcaron los más goles en el club esta temporada, demostrando su potencial excepcional.
El último partido contra el Brest confirmó una vez más el papel crucial de Lucas Stassin en el equipo, a pesar de una discreta actuación en Lens. Su objetivo desde el minuto 16 permitió que el ASSE se reviviera y le permitió alcanzar la barra simbólica de los 10 objetivos de esta temporada. A sólo 20 y 135 días de edad, se convirtió en el jugador más joven de Stéphanois en el siglo XXI para alcanzar este nivel, validando así la elección informada de los líderes y fortaleciendo su estatus como recluta insignia del club.