La situación alrededor de John Textor y Eagle Football es tensa, con tensiones que han estado surgiendo durante varias semanas, en particular con respecto a la posición estadounidense dentro de Olympique Lyonnais (OL). La precipitada salida de Textor desde la presidencia tuvo importantes consecuencias, habiendo expresado el deseo de concentrarse en Botafogo, un club brasileño que quiere revivir y cuyo control quiere tomar sin responsabilidad ante Ares. Esta ambición se vio obstaculizada por una intervención judicial brasileña encaminada a limitar la influencia de Águila en el club. Sin embargo, Eagle Football Holdings no permanece inerte y se dedica a una compleja batalla legal, involucrando a los jueces brasileños, estadounidenses e ingleses, para evitar que Textor tome decisiones unilaterales, especialmente bajo la influencia de Chris Malon y Ares. Eagle acusa a Textor de un conflicto de intereses e intento de acciones ilegales, incluyendo vincular los ingresos de Botafogo a una empresa en las Islas Caimán, y busca proteger su participación en el club.
Al mismo tiempo, OL intensificó su mercato de verano a pesar de las restricciones reglamentarias impuestas por el DNCG y la retención en Ligue 1. El club está remodelando su personal, marcado por la salida de varios jugadores clave y la llegada de jóvenes talentos. Los líderes se centran en fortalecer la base antes de que el campeonato se apodere. Los movimientos recientes incluyen la extensión del contrato de Nicolas Tagliafico y la llegada de Pavel Sulcaj. La llegada de Tyler Morton, un joven centrocampista inglés, parece inminente, con una firma de contrato de cinco años prevista, incluyendo bonos de hasta 17 millones de euros.
Esta compleja situación, combinando temas legales, ambiciones deportivas y consideraciones financieras, plantea preguntas sobre el futuro de la estrategia de Botafogo y Eagle Football. Las declaraciones de Botafogo, que abogan por la colaboración dentro del Grupo Eagle, contrastan con la firmeza de la empresa holding en su deseo de proteger sus intereses y asegurar un diálogo constructivo sobre cualquier futura venta de propiedad mayoritaria. La evolución de estos eventos sigue siendo incierta, lo que sugiere un reto importante para el futuro de varios clubes de fútbol y jugadores.