El ASSE ganó un 4-0 en su primer partido de la temporada Ligue 2 contra Rodez. Esta victoria, aclamada como una “antología” por el entrenador Eirik Horneland, confirma la superioridad del equipo sobre su oponente. Horneland destacó aspectos positivos de la entrega, incluida la cohesión y la eficiencia ofensiva, reconociendo al mismo tiempo que todavía hay margen para mejorar, en particular en la defensa y en la gestión del tiempo de posesión. El equipo mostró un deseo de mayor agresividad, buscando recuperar la pelota más rápido y ser más proactivo en el duelo.
La reunión también destacó la labor de varios actores clave. Mahmoud Jaber, en particular, ha sido especialmente exitoso, marcando el propósito de la ruptura y siendo distinguido por su actividad y técnica. Augustine Boakye también fue un activo importante, creando oportunidades y contribuyendo al ritmo ofensivo del equipo. Mickaël Nadé, después de ser criticado en el partido anterior, entregó un sólido y tranquilizador desempeño en defensa, apoyado por Chico Lamba. La atmósfera en el estadio Geoffroy-Guichard fue excepcional, con más de 33.000 fans que animaron al equipo durante todo el juego, contribuyendo a la atmósfera positiva y el rendimiento de los jugadores.
A pesar de la puntuación positiva, Horneland destacó que el equipo todavía necesita avanzar, especialmente en defensa, para confirmar su ambición de escalar en National. Los momentos de fecundidad en el primer período, como las oportunidades perdidas y los errores defensivos, recuerdan las fragilidades observadas en el juego anterior en Laval. Los nuevos reclutas, como Duffus, Jaber y Davitashvili, parecen ya bien integrados y aportan elementos positivos al equipo. El próximo partido en Boulogne-sur-Mer será una nueva prueba para evaluar el progreso de ASSE y su capacidad para mantener este nivel de rendimiento durante toda la temporada.