La Olympique Lyonnais, después de un sorteo luchado con dificultad contra Manchester United en la Europa League, expresó su pesar por el rápido encadenamiento de los partidos. El club podría, como el París Saint-Germain, haber solicitado un aplazamiento del viaje a Auxerre para disfrutar de una semana de descanso y una preparación óptima antes del partido de regreso. Sin embargo, la dirección de Lyon ha preferido la continuidad del calendario, con la excepción de un aplazamiento de la hora de inicio del partido, y ahora se enfrenta a un calendario intenso con un intervalo de 72 horas entre los dos partidos. Esta situación, aunque delicada, es parte de la carrera clasificatoria en la Champions League, una ambición que hace difícil adoptar un enfoque más flexible.
El partido contra Auxerre, aunque menos prestigioso que el enfrentamiento europeo, se presenta como un desafío crucial para OL, especialmente porque el equipo está debilitado por las ausencias de Malick Fofana y Ernest Nuamah. La condición física y mental de los jugadores, puesta a prueba durante el partido contra Manchester United, plantea preguntas sobre la capacidad del equipo para mantener su nivel de rendimiento. El entrenador Paulo Fonseca probablemente tendrá que operar una facturación significativa en su once titular, potencialmente ofreciendo una oportunidad a jugadores jóvenes como Enzo Molebe.
A pesar de la fatiga y ausencias, Olympique Lyonnais entró en el partido en Auxerre con determinación, consciente de la importancia de cada punto en la carrera en la Champions League. El sorteo en Manchester United reveló el potencial del equipo, pero también destacó la necesidad de mantener la concentración extrema y la solidaridad irreprochable. La capacidad de OL para superar la fatiga y movilizar sus reemplazos será crucial para alcanzar sus objetivos y satisfacer las expectativas de los partidarios.