El AS Saint-Étienne pudo ver, tras un sorteo contra Stade Brestois, que todavía hay esperanza de una continuación, aunque amarga. Si bien el equipo demostró cierta pugnacidad y creó oportunidades convincentes al final de la reunión, una vez más reveló sus debilidades de defensa, concediendo objetivos que podrían haberse evitado. Esta actuación, aunque aliviada por su ausencia de derrota, sugiere un punto tomado mientras una victoria parecía a la mano, destacando así la paradoja que caracteriza el viaje de los Verdes.
Según el periodista Wlid Acherchour, especialista en DAZN, el equipo de Stéphanois presenta un juego seductor cuando se apropia de la pelota, pero esta calidad ofensiva se ve comprometida sistemáticamente por una defensa demasiado permisiva y marcada por una falta de serenidad. El verdadero desafío reside en la fragilidad crónica que afecta a la retaguardia, manifestándose por errores en las fases detenidas, duelos perdidos en la superficie de reparación y una falta de rigor en la gestión de los segundos globos. Con 67 goles concedidos esta temporada, el AS Saint-Étienne tiene la defensa más porosa del campeonato, una cifra alarmante que requiere una mejora sustancial para la esperanza de lograr la retención.
A pesar de esta preocupante situación, el nulista frente a Stade Brestois ofrece una ligera suspensión psicológica ante el derby contra Olympique Lyonnais. La mente mostrada por los jugadores, su capacidad de no ceder a un competidor directo, sugiere una esperanza tenue. Sin embargo, el periodista Wlid Acherchour destaca la necesidad de una defensa más fiable, destacando que el equipo probablemente tendrá que marcar un número significativo de objetivos para esperar ganar. Este lujo sigue siendo difícil de acceder, especialmente ante los opositores que adoptan una estrategia defensiva rigurosa, y es imperativo que AS Saint-Étienne presente una cara transformada durante el juego en el Estadio de Groupama para fomentar ambiciones distintas de una mera estancia.