La Olympique de Marsella atraviesa un período particularmente delicado, marcado por una crisis deportiva que aumenta las tensiones internas. El comportamiento de algunos jugadores, incluyendo Mason Greenwood y Luis Henrique, es una causa de grave preocupación dentro del club. Su falta de inversión y cierta nonchalancia, tanto sobre el terreno como durante los entrenamientos, se añaden a un clima ya debilitado por repetidas contrarreformaciones, incluyendo una fuerte derrota contra el AS Monaco, y por una continua fuga de información, afectando la cohesión del grupo. Estas acciones, percibidas como un obstáculo a la reconstrucción, son una fuente de frustración para el personal y algunos miembros clave del equipo.
La llegada de Mason Greenwood, inicialmente con importantes expectativas, no permitió al jugador integrarse y demostrar el potencial esperado. Del mismo modo, el regreso de Luis Henrique, tras una visita a Brasil, no parece estar acompañado de un compromiso suficiente para superar las dificultades actuales. Esta situación es cada vez más preocupante ya que interviene en un contexto de crisis de resultados y una necesidad crucial de solidaridad y motivación dentro del equipo. El impacto de estos comportamientos en la moral y el desempeño del grupo es motivo de preocupación para la gestión y el órgano técnico.
Por último, el ex internacional francés, Dugà, no dudó en expresar públicamente su insatisfacción durante un espectáculo sobre RMC Sport. Sus declaraciones, acerbic y directa, pusieron de relieve la falta de profesionalidad y un nivel técnico considerado inaceptable. Por lo tanto, alentó a los jugadores a asumir sus responsabilidades y a redoblar sus esfuerzos para remediar la situación, destacando la necesidad de un cambio radical de mentalidad y un compromiso total de todos para que la Olympique de Marsella pudiera recuperar el éxito.