Olympique Lyonnais ganó el campo AJ Auxerre con una puntuación de 1-3, en un partido marcado por un comienzo duro y una notable mejora sobre el partido. La elección táctica de Paulo Fonseca, habiendo optado por una defensa alternativa con la titularización de Moussa Niakhaté junto a Duje Caleta-Car y Saël Kumbedi, no permitió inmediatamente al equipo tomar el ascendente. El ataque de Lyon, a pesar de la presencia de Alexandre Lacazette, ha hecho difícil crear oportunidades francas frente a una defensa opuesta bien organizada, lo que ilustra una falta de precisión y eficiencia frente a la meta.
El giro del juego cambió radicalmente a los 50 minutos gracias a una pena concedida por Donovan Léon y transformada por Georges Mikautadze, pavimentando el camino para un período de dominación de Lyon. Rayan Cherki confirmó este agarre con un objetivo espectacular, reflejando el aumento del poder del equipo y la complementariedad entre los jugadores. A pesar de un objetivo de honor marcado por Lassine Sinayoko, la esperanza de Auxerrois se extinguió gracias a un tercer objetivo de Lyon, firmado por Alexandre Lacazette, destacando una vez más la eficacia del ataque.
Esta victoria es de importancia crucial para Olympique Lyonnais, empujando al equipo a cuarto lugar en la clasificación, a un tercer punto, Marsella, y a un punto por delante de Lille y Estrasburgo. Las apuestas son ahora claras: una victoria en Saint-Étienne es imprescindible, aunque el equipo tendrá que ir a Old Trafford para una confrontación de alto nivel contra Manchester United. El rendimiento colectivo, marcado por el aumento del poder de algunos jugadores y la renovada eficacia del ataque, sugiere un futuro prometedor para el equipo.