El primer Ligue 2 días de ASSE revela una estrategia del entrenador Erik Horneland centrada en equilibrar a los jugadores clave, desarrollar la juventud y algunas sorpresas. El equipo parece estructurado alrededor de jugadores experimentados, como Gautier Larsonneur y el duo Tardieu-Lamba, que encarnan la columna vertebral del equipo con importantes tiempos de juego. Nadé y Annan, así como Appiah, también se consideran titulares potenciales. La gestión gradual del tiempo de juego dado a los jóvenes como Gadeggbeku, El Jamali y Milaidinovic muestra un deseo de integración gradual, con la esperanza de que contribuyan más a medida que la temporada continúa. Algunos jugadores, como Cardona, Davitashvili y Boakye, se quedan a la vista, mientras que Ferreira, Old y Jaber tienen menos minutos. Este enfoque sugiere la voluntad de construir un equipo fuerte al integrar el nuevo talento.
La historia de AS Saint-Étienne está marcada por muchos entrenadores, pero algunos han dejado una marca particularmente duradera. Laurent Roussey, por ejemplo, es un ejemplo de esta influencia. Entrenado en el club, volvió a entrenar al equipo en 2007, encarnando la esperanza de una renovación. Se las arregló para enderezar el equipo después de un período difícil, llevando incluso a una calificación europea en 2008, un evento importante para el club. Su pasaje estuvo marcado por momentos de gran comunión con los partidarios, pero también por tensiones con la dirección y dificultades para mantener la estabilidad. Su despido en 2008 y el posterior proceso judicial ilustran las fracturas internas del club en ese momento. A pesar de estos desafíos, Roussey ayudó a reactivar el ASSE en la escena nacional y europea.
El joven atacante Luan Gadeggbeku es un ejemplo de este deseo de renovación. Después de una primera titularización contra Laval y su primera aparición en Geoffroy-Guichard durante la victoria contra Rodez, expresó su orgullo y ambición de ganar por mucho tiempo. A sólo 18 años, representa el futuro del club y su deseo de progresar y su respeto por ASSE ya seduce a los fans. Su integración gradual en el equipo, combinada con un personal que busca estabilidad, lo convierte en un elemento sorpresa de la temporada. Ahora espera descubrir el Chaudron y recibir apoyo de los partidarios, convirtiéndose así en un símbolo de esperanza para el futuro del ASSE.
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