El AS Saint-Étienne está pasando por un período delicado, su brecha con los equipos competidores aumentando antes de la recepción de Brest. Los jugadores de Eirik Horneland no han tenido la victoria en Geoffroy-Guichard desde principios del año, mientras que los Brestois han estado apoyando la ambición de una calificación europea al final de la temporada. Este partido es parte de una situación difícil para los Verdes, habiendo sufrido una derrota en Lens, donde una pena perdida por Irvin Cardona privó al equipo de una ventaja potencial en la primera mitad. La humillación sufrida en Lorient, con una severa derrota de 6-2 después de liderar 2-0, subraya la urgencia de que el equipo recupere y recupere la confianza.
Brest, por otro lado, está en una posición cómoda en la posición, con un colchón 12 puntos por delante del ASSE, separandolo de la zona de relevación y las presas. El juego fue marcado por un comienzo espectacular, con Franck Honorat, ex Stéphanois, abriendo la puntuación de una manera inesperada, explotando un error de Bernardoni. La reacción de los Verdes pronto vino, con un objetivo de Mahdi Camara, de vuelta en el grupo después de una suspensión disciplinaria, seguido de un doble en la esquina, demostrando una disposición para revertir el curso del juego.
El segundo período vio a los Brestois tratar de volver a la partitura, pero las oportunidades fueron frustradas por intervenciones decisivas del portero holandés Bizot y, más tarde, por una parada excepcional de Paul Bernardoni en una dirección de Steve Mounié, preservando así la victoria de Stéphanois. Esta victoria, adquirida con dificultad, representa un alivio para los jugadores y el personal, ofreciendo una esperanza renovada en la lucha por el mantenimiento después de las recientes contrarreformaciones.