La Olympique de Marsella, antiguamente conocida por su fuerza y poder fuera, atraviesa un período de crisis obvia, demostrando que no puede reproducir sus actuaciones lejos de su estadio. Una serie de cuatro pérdidas consecutivas, combinadas con un total de doce goles concedidos en los últimos cuatro juegos al aire libre, empujaron al equipo al rango del equipo de menor rendimiento del campeonato cuando se alejaba del Vélodrome. Este dramático declive, contrastando fuertemente con los éxitos iniciales de la temporada, plantea un gran desafío para el entrenador Roberto De Zerbi y sus jugadores.

El ex jugador de Phocean, Bixente Lizarazu, expresó públicamente su análisis de la situación, destacando una falta de coincidencia entre los jugadores disponibles para el entrenador y los principios de juego de este último. Destaca una dificultad particular en la recuperación de la defensa, un elemento central de la filosofía de De Zerbi, que los defensores de Marsella parecen incapaz de dominar. Esta brecha técnica, combinada con una fragilidad defensiva palpable, como lo demuestran las metas otorgadas a pesar de una superioridad numérica contra Mónaco, pone de relieve la necesidad imperiosa de revisar el sistema defensivo.

En conclusión, la observación de Bixente Lizarazu pone de relieve una profunda crisis en la Olympique de Marsella, donde la ausencia de jugadores adaptados al estilo de juego de Roberto De Zerbi, junto con una defensa claramente frágil, compromete las ambiciones del equipo. Ahora es esencial para la próxima temporada hacer una revisión completa del sistema defensivo para remediar una situación preocupante y recuperar la competitividad fuera del país.