The OGC Niza está pasando por un período particularmente difícil, marcado por una serie de tres pérdidas consecutivas en los juegos oficiales, una situación sin precedentes desde la temporada 1965-1966. Este desglose deportivo está acompañado por una ola de críticas y protestas. Coach Franck Haise expresó su frustración por la falta de inversión y eficiencia de su equipo, destacando las deficiencias técnicas y la insuficiente actitud general. Los partidarios, por su parte, expresan su descontento a través de silbidos persistentes en la Riviera de Allianz y manifestaciones públicas, incluyendo una petición exigiendo la salida de INEOS, el dueño del club desde 2019.

El enojo de los partidarios se alimenta de una sensación de ruptura con la gestión y una percepción de la falta de inversión y visión estratégica por parte de INEOS. La política económica del club, incluyendo la reducción del presupuesto de reclutamiento, es fuertemente criticada. Las acusaciones de negligencia también fueron hechas por Jim Ratcliffe, propietario de INEOS y también accionista mayoritario de Manchester United. Este desafío se extiende sobre las redes sociales y resulta en un llamado a un nuevo propietario para garantizar el futuro del club.

Ante esta crisis multidimensional, Franck Haise pide una recuperación colectiva y promete decisiones fuertes en las próximas semanas. Sin embargo, la situación va más allá de los resultados deportivos y afecta la legitimidad misma del proyecto INEOS en Niza. El club debe reaccionar sobre el terreno, especialmente en el próximo partido en casa contra Auxerre, y demostrar una renovada ambición a través del sabio reclutamiento. El futuro del club está ahora en el centro de un debate apasionado, que involucra a los partidarios, la dirección y el propietario, y requiere una respuesta rápida y efectiva para evitar una situación de deriva.

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