AS Saint-Étienne inicia la temporada 2025-2026 en Ligue 2 con un partido crucial contra Laval, un evento ansiosamente esperado por los fans. Esta reunión marca el comienzo de una temporada donde el club espera volver a Ligue 1. Antes de este primer juego oficial, el entrenador Eirik Horneland hizo balance de las fortalezas disponibles, destacando los desafíos e incertidumbres que enfrenta el equipo. El verano estuvo marcado por las llegadas de jugadores como Mahmoud Jaber y Chico Lamba, pero la situación médica y contractual de algunos elementos sigue siendo preocupante, afectando la composición potencial del equipo.

Varios jugadores clave enfrentan problemas físicos. Lucas Staas, el mejor marcador de la temporada anterior, no participó en la amistosa pero poco a poco reanudó el entrenamiento colectivo, su regreso al juego contra Laval siendo incierto. Maxime Bernauer, un defensor armado, dejó el último juego de preparación prematuramente con una lesión del muslo, comprometiendo su presencia. Además, Zuriko Davitashvili, un georgiano internacional, no estaría de acuerdo con la dirección y quisiera dejar el club para unirse a un equipo que participa en un concurso europeo, complicando su disponibilidad. Pierre Ekwah, cuya opción de compra no fue levantada, no volvió al club, dejando un vacío en medio del campo.

Ante estas muchas incertidumbres, Eirik Horneland admite que todavía no tiene todas las respuestas sobre la composición del equipo para el fin de semana. Muchos jugadores están ausentes o en fase de recuperación, y los problemas de salud persisten. Espera poder alinear al equipo más competitivo contra Laval, reconociendo la dificultad de manejar la situación de Pierre Ekwah y la incertidumbre respecto a la disponibilidad de Zuriko Davitashvili. El entrenador dijo que estaba consciente de los desafíos y estaba tratando de preparar al equipo para este primer juego lo mejor posible, manteniendo la esperanza de que algunos jugadores regresaran al grupo.