Tras un sorteo contra Olympique Lyonnais en Décines, el equipo de Manchester United sufrió una grave pérdida en el campo Newcastle United, ganando una puntuación de 4-1. Este contra-performance acentúa el difícil período que atraviesan los Diablos Rojos en la Premier League, destacando la continua fragilidad e incapacidad para estabilizar su desempeño. La dirección técnica, consciente de las apuestas del próximo partido del campeonato, optó por una rotación cuidadosa del equipo, una estrategia que recuerda las decisiones tomadas por Paulo Fonseca en un partido anterior.

En un esfuerzo por preservar su portero, André Onana, el entrenador panameño decidió dejarlo fuera del grupo, una decisión que resultó ser de pago bajo. Su reemplazo, Altay Bayındır, hizo su debut en la Premier League, pero no logró evitar la afluencia de objetivos, sugiriendo algunas deficiencias en sus intervenciones. Aunque este rendimiento individual no puede enmascarar las dificultades generales del equipo, contribuye a un sentido de incertidumbre sobre la estabilidad del dispositivo defensivo.

Dominada por el regreso de los vestuarios, los Diablos Rojos fueron abrumados por un equipo de Newcastle despiadado, cuyo ex jugador de OL, Bruno Guimarães, marcó brillantemente una meta que inflamó el Parque de Santiago. Esta 14a derrota de la temporada relega Manchester United a 14a posición en la Premier League, destacando la urgencia de un desafío y una mejora significativa para remediar la situación.