La preparación de verano de la AS Saint-Étienne fue contrastada, marcada por tres derrotas y dos victorias. A pesar de un prometedor comienzo con dos éxitos contra el Star Carouge y Troyes, y un sólido rendimiento contra el Servette FC, el equipo entonces se enfrentaba a dificultades, especialmente durante los partidos contra el Paris FC y Cagliari. Jugadores como Chico Lambaa, Mickaël Nadé y Lassana Traoré han mostrado grandes promesas, al igual que el regreso de jugadores clave como Djylian N’Guessa, Lucas Staassin y Zuriko Davitashvili. La próxima llegada de Annan Ebenezér y João Ferreira, así como el desarrollo de una nueva tercera camiseta khaki, también marcan este período de transición.

El equipo destacó en el Trofeo Luigi Riva en Cagliari, aunque concedió una tercera pérdida consecutiva antes de la recuperación de la temporada en Ligue 2. Las dificultades ofensivas, la falta de automatización y la falta de certeza en la composición del equipo son importantes preocupaciones para el personal técnico de Eirik Horneland. El club continúa reestructurando detrás de las escenas, con un fortalecimiento de la célula de reclutamiento y una atención especial a la salud mental de los jugadores.

La situación de Benjamín Bouchouaari tomó un nuevo giro, con el creciente interés de Olympique Lyonnais, rival directo de Saint-Étienne. Si bien el club turco de Trabzonspor compitía por su adquisición, el OL mostró un interés concreto, lo que llevó a la ASSE a reconsiderar su posición. El club de Lyon aprecia el perfil del centrocampista Stéphanois y desea fortalecer su entorno de campo. El ASSE sigue atento a los acontecimientos y ya está considerando un plan de compensación en caso de salida de Bouchouaari.