Hace una semana, todo era mejor en OL. Uno sentía un ambiente relajado y sereno dentro del vestuario, con sonrisas y chistes que mostraban una verdadera osmosis entre los jugadores. Sin embargo, siete días y dos juegos más tarde, esta armonía parece haber sido socavada. El grupo, a menudo descrito como “vivo” y sólido, parecía perder su unidad ante acontecimientos recientes.

La derrota en el derby contra Saint-Étienne y la eliminación en la semifinal de la Europa League destacaron las debilidades del equipo de Lyon. Mientras el club estaba al alcance de un lugar en el podio Ligue 1, ahora parece que los viejos demonios están subiendo de nuevo. Esta inestabilidad crónica entre Rhône y Saône no deja indiferente, aunque la reciente promoción de Gueïda Fofana a la cabeza del Molenbeek RWD no se tranquiliza.

Paulo Fonseca, que ha estado en el cargo desde principios de febrero, se enfrenta a su primera crisis importante con OL. Su exclusión de Brest y su pesada suspensión tuvieron el efecto de unir a su grupo, pero estaba equivocado en la semana más importante de la temporada de Lyon. Sus opciones tácticas, incluyendo el uso de Paul Akouokou del partido de go contra Manchester United y el derby, fueron criticadas.

La eliminación en la Liga Europa y la pérdida de control de su destino en Ligue 1 han añadido al equilibrio de Paulo Fonseca y su personal. Durante el juego en Saint-Étienne, el entrenador portugués delegó sus deberes a Jorge Maciel, que es semb