La Stade de Reims está pasando por un período delicado, marcado por dificultades ofensivas y frágil defensa. El equipo se enfrentó a la ausencia de varios actores clave, en particular Cédric Kipré, que fue suspendido tras su exclusión del partido contra Estrasburgo, y Joseph Okumu, que sufrió una lesión en el hombro. Estas ausencias impactan significativamente la bisagra central, que se había establecido como un pilar defensivo en las últimas cuatro reuniones, todas las competiciones se combinaron, e imponen en el marco técnico la necesidad de encontrar soluciones alternativas para garantizar la fuerza posterior.

Consciente de estos desafíos, el entrenador Samba Diawara exploró varias opciones para reconstruir su defensa, revelando la flexibilidad táctica y la voluntad de integrar a los jugadores capaces de adaptarse a funciones inusuales. Entre las soluciones previstas, Malcolm Jeng es candidato a la posición del defensor central. El técnico también destacó la posibilidad de integrar jugadores multipropósito, ya utilizados anteriormente en el eje, aunque esta no es su posición preferida, demostrando así el deseo de optimizar los recursos disponibles.

Basándose en estas consideraciones, la composición probable para el próximo partido se dibuja con Diouf en los objetivos, Sekine, Gbane, Jeng y Akieme formando la línea defensiva, Antagana, Patrick y Koné en medio del campo, y Ito, Siebatcheu y Nakamura en ataque. Esta configuración, aunque potencial, demuestra la urgencia de que la Stade de Reims encuentre una fórmula eficaz para superar sus dificultades actuales y recuperar una dinámica positiva.