El estadio Louis II experimentó una notable afluencia en agosto, atrayendo turistas de la Riviera Francesa. El sábado por la noche, más de diez mil espectadores asistieron al partido del AS Monaco contra Le Havre AC, disfrutando de los goles marcados a pesar de un juego a veces laborioso. La victoria 3-1 fue ganada contra un equipo normando considerado débil, pero el estilo de juego de Mónaco se ha mantenido sin cambios desde la temporada anterior, caracterizado por a menudo fases estériles de posesión y defensa febril. A pesar de algunos nuevos reclutas, el entrenador Adi Hütter no ha introducido nuevos esquemas tácticos, dejando a los fans con una impresión de ya visto.

A pesar del espíritu y la participación irreprochables del equipo, Mónaco carece del fervor y la determinación de alcanzar un nivel superior. Jugadores como Maghnés Akliouche y Alexander Golovin han hecho interesantes acciones técnicas, pero esto no es suficiente para encender fans. Esta victoria inicial es alentadora para el comienzo del campeonato, pero los fanáticos monegascos tienen que prepararse para una temporada potencialmente similar a la anterior, con victorias duras, puntos perdidos y algunos momentos de brillantez efímero. Sin embargo, es probable que el equipo esté en el podio dada la debilidad de la Liga 1.

Hope renació con la llegada de nuevos reclutas, incluyendo Paul Pogba y Ansu Fati, que potencialmente podrían transformar el equipo. Denis Zakaria es identificado como un pilar esencial del equipo, mientras que otros jugadores como Eric Dier y Lukas Hradecký muestran signos de fuerza. La victoria se hizo posible en parte por la actuación de Maghnés Akliouche, autor del tercer objetivo y un notable rendimiento estadístico (86 globos afectados, 83,6% de pases exitosos). El equipo ganó así su 1100a victoria en la historia del club, una hazaña que merece ser celebrada.