Tras un sorteo contra Manchester United, Olympique Lyonnais se prepara para enfrentarse al A.S. Auxerre el próximo domingo. Para optimizar la recuperación física de sus jugadores, el gerente Paulo Fonseca tomó la decisión de modificar el protocolo habitual moviendo el equipo a Borgoña este sábado. Este enfoque estratégico viene en un contexto en el que las opciones ofensivas se reducirán considerablemente en comparación con el partido anterior, especialmente debido a la falta de disponibilidad de Enzo Molebaesuffre, que fue herido físicamente. Las rotaciones dentro del ataque deben concentrarse principalmente en el dúo Lacazette-Mikautadze, mientras que la condición física de Thiago Almada y Rayan Cherki sigue siendo incierta.

La falta de aplazamiento del partido contra Auxerre, contrariamente a la decisión adoptada por París Saint-Germain contra el FC Nantes, plantea preguntas sobre la capacidad del equipo para superar las dificultades encontradas. Paulo Fonseca justificó esta elección destacando la voluntad de mantener un ritmo constante y minimizando el impacto de un aplazamiento en la preparación del equipo. Dijo que la acumulación de juegos, aunque exigente, es una realidad a la que se utilizan los jugadores, y que una pausa prolongada podría incluso resultar más dañina. Por lo tanto, se prefiere la gestión de los períodos de descanso y la atención, con miras a un rendimiento continuo.

Para promover una recuperación óptima, Olympique Lyonnais se quedará en Yonne desde este sábado por la noche, rompiendo con la práctica habitual de tomar la carretera el día del partido. Esta iniciativa tiene como objetivo controlar la nutrición, el sueño y la atención médica con mayor eficacia, a fin de garantizar la presencia del equipo en el césped del Abbé Deschamps en las mejores condiciones posibles. El gerente destacó la importancia de este enfoque para preservar la condición física de los jugadores y maximizar sus posibilidades de éxito contra el Auxerre A.S.