Mientras Luis Enrique se acercaba a la semifinal de la Copa Mundial de Clubes contra el Real Madrid, se enfrentaba a la cuestión de su filosofía de juego. Preguntado por la necesidad de adaptarlo para enfrentar el club de Madrid, el entrenador parisino respondió con firmeza y convicción. Señaló que era precisamente esta filosofía la que permitió que el PSG llegara a la final de la Champions League y que no podía, ni lo abandonaría. Aunque es consciente de la necesidad de adaptar la mentalidad a cada partido, insiste en la importancia de jugar con sus propias fortalezas, considerando esto como la clave del éxito. Está convencido de que el PSG, al moverse a su mejor nivel, tiene los medios para ganar cualquier juego y que no debe cambiar nada a medida que se acerca.
Al mismo tiempo, Luis Enrique tomó una posición firme con respecto a la salida de Kylian Mbappé para el Real Madrid. Ante las persistentes preguntas de prensa sobre su anterior atacante, el entrenador dejó claro que este tema pertenece al pasado y no quería morar en él. Destacó que el PSG es ahora un club de campeones en Europa, compitiendo por la Copa Mundial de Clubes, y está decididamente esperando. Su discurso se centra en las ambiciones colectivas, actuales y la filosofía del juego que llevó al equipo a este nivel.
En resumen, la declaración de Luis Enrique es un fuerte mensaje de confianza en el proyecto parisino, sus jugadores y su identidad. El PSG se enfrentará al Real Madrid con su propia identidad, sin compromiso o pesar, convencido de que esta es la mejor manera de ganar. El club se centra en el presente y el futuro, confiando en la fuerza de su colectivo y la continuidad de su filosofía de juego, incluso ante un oponente del Real Madrid.