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Fútbol: entre pasión y negocio, la esencia del juego amenazó

Hubo un momento en que una pelota, dos goles y un poco de barro eran suficientes para hacer feliz a los fanáticos del fútbol. Hoy en día, se necesitan suscripciones de streaming, logotipos de patrocinador oversized y pausas publicitarias de media hora, como si cada partido fuera un Superbowl. El fútbol moderno se ha alejado de su esencia comunitaria para convertirse en una industria que pesa varios miles de millones de euros. Si el juego en sí ha permanecido igual, todo lo que le rodea ha cambiado radicalmente, dejando a los fans preguntándose cuánta pasión puede apoyar el negocio.

Hace unos años, un club fue definido por su escudo de armas y estrategia de marca. Hoy, la imagen tiene precedencia sobre la identidad, y los foros se consideran un grupo objetivo. Los estadios llevan ahora el nombre de los operadores de telefonía móvil, y los camisetas son rediseñados cada año para complacer a los patrocinadores. Las acciones de relaciones públicas son más apreciadas que una-dos bien jugados, incluso entre los partidarios más leales.

Sin embargo, los clubes dependen de los patrocinadores, obligados a seguir el ritmo internacional. Las empresas del sector del juego buscan promover sus marcas a través de clubes de fútbol, considerando que son medios publicitarios ideales. Los rituales que una vez constituyeron el corazón de la cultura de los partidarios ahora se ven como factores perturbadores en el entretenimiento suave.

Mientras que el champán fluye en albergues VIP, algunos fans lamentan las raíces del club. El vínculo emocional entre los fans y su equipo amenaza con erosionar. Una vez accesible para todos, el juego del fin de semana se ha convertido en financieramente comparable a los días festivos cortos. Los precios de las entradas se disparan, y los que no se han suscrito a uno de los servicios de streaming se encuentran frente a su TV o no ven el juego.

En Francia, la división más alta se distribuye entre varios proveedores, con cambiantes titulares de derechos y espectadores que soportan los costos. aquellos que llegan a la cima a través de su éxito deportivo también quieren tener éxito financieramente. Sí, la realidad de Ligue 1 francés es diferente. Mientras que los grandes clubes pueden esperar ofertas de televisión lucrativas, pequeños clubes o equipos promocionados se quedan con las migajas madre. Durante una temporada, un gran club recibió temprano cuatro veces más dinero que un equipo promovido de ese tiempo. La misma Liga, una oportunidad perfecta.

Este desequilibrio no sólo se refleja en cifras sobre papel; tiene consecuencias reales para los centros de capacitación, el equipo médico, el trabajo de desarrollo juvenil