Dimitri Liénard, ex jugador de carreras, ahora consultor del Club 1906, expresó profunda preocupación por las tensiones actuales en el estadio Meinau. Hablando directamente con los partidarios, pidió unidad y confianza, recordando el vínculo inquebrantable entre el club y su público. Liénard evocó con emoción el homenaje que había recibido, destacando la fuerza colectiva del estadio y la necesidad de recuperar la atmósfera eléctrica que una vez reinaba allí. Subrayó que los jugadores actuales merecen apoyo incondicional, y que el entusiasmo público podría animarlos a dar aún más energía sobre el terreno.
Liénard expresó su tristeza por el estado actual del estadio, deplorando la falta de unidad y la alegría de vivir que caracterizó los viejos períodos. Subrayó que los partidarios tenían derecho a volver a aprobar el ambiente mágico del Meinau, y que era inaceptable que los niños ni siquiera pudieran cantar. Hizo un llamamiento apasionado a la unidad, instando a los partidarios a dejar de lado sus diferencias y mostrar al mundo la verdadera esencia de lo que significa ser un partidario de Racing.
En su mensaje, Liénard imploró personalmente a los partidarios de ser dignos de la confianza que siempre les había dado. Expresó su esperanza de que las tensiones actuales no provengan de la gente que había amado y apoyado a lo largo de los años. Destacó la importancia de demostrar una identidad distinta y un apoyo inquebrantable a Racing, mostrando al mundo la pasión y el orgullo que caracterizan a la comunidad de fans. Concluyó animando a los fans a animar a los jugadores, asegurando que serían recompensados con un esfuerzo aún más intenso.
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