Después de la derrota de Bayern Munich contra París Saint-Germain en los cuartos de final de la Copa Mundial de Clubes, Manuel Neuer expresó frustración por el comportamiento de Gianluigi Donnarumma, el portero parisino. Neuer criticó a Donnarumma por lo que consideraba una actitud arriesgada e irrespetuoso hacia los jugadores opuestos, en particular refiriéndose a la lesión de Jamal Musiala. Destacó la importancia del juego justo y habría preferido un enfoque más respetuoso de Donnarumma, deseando que fuera a la cama del jugador lesionado. Neuer afirmó que habría reaccionado de manera diferente en tal situación, destacando la necesidad de mantener una actitud deportiva a pesar de la competencia.
En el lado parisino, Marquinhos, capitán del equipo, comentó la calificación de su equipo en la semifinal, centrándose en el partido contra Bayern Munich. Destacó el impacto de una tarjeta roja recibida al final del partido, que podría haber alterado potencialmente el resultado del partido. Sin embargo, Marquinhos insistió en la cohesión y determinación de su equipo frente a la adversidad. Describió una unidad colectiva, una voluntad de apoyarse mutuamente y una intensa concentración que ayudó a superar las dificultades y a defenderse efectivamente.
Marquinhos insistió en la preparación mental y la resiliencia del equipo de París, a pesar de un apretado horario y una relativa falta de descanso. Señaló que el equipo no estaba distraído por cuestiones de arbitraje o mala conducta, sino que se centraba en la concentración, la unidad y la determinación para hacer una diferencia. Dijo que esta mentalidad colectiva es la clave para su éxito y les permite enfrentar todas las dificultades encontradas durante los juegos.