El Paris Saint-Germain validó su billete para las semifinales de la Champions League después de un tenso partido de regreso contra Aston Villa, una cualificación adquirida a pesar de una relajación notable. Ashraf Hakimi, parte de la ley marroquí, expresó un análisis inflexible de la actuación del equipo, uniéndose así a las observaciones de Ousmane Dembélé. Señaló que la facilidad con que el equipo concedió dos objetivos rápidos al comienzo del segundo período era inaceptable para una formación que aspiraba a la victoria final, destacando la necesidad de mayor responsabilidad y concentración por parte de todos los jugadores.

Consciente de los progresos realizados por el club, en particular mediante una fuerza de trabajo rejuvenecida y una mayor cohesión colectiva, Hakimi reconoció la consiguiente labor realizada por la administración y el efecto positivo en los resultados. Sin embargo, destacó la importancia de no enmascarar los defectos persistentes y considerar esta calificación como una piedra pisada para una mejora continua. El equipo debe aprender de este juego y estar más involucrado en el logro de sus ambiciosos objetivos.

En última instancia, el mensaje de Ashraf Hakimi es claro: si la calificación para las semifinales es un éxito innegable, no puede ocultar las debilidades para ser corregido. París Saint-Germain continúa su viaje, pero la evolución y la mejora siguen siendo requisitos esenciales para lograr la consagración europea.