A pesar de los anuncios relativos a la reducción de la factura salarial, Olympique Lyonnais (OL) es consciente de que todavía tiene que realizar importantes inmersiones para cumplir con los requisitos de la Dirección Nacional de Control del Club de Fútbol (DNCG). Varios jugadores clave están negociando con otros clubes, como Corentin Tolisso con Manchester United o NeoM SC. La venta de Tolisso, aunque dolorosa, aliviaría enormemente las finanzas de Lyon, y el club está dispuesto a hacer una excepción dada su importancia para la próxima temporada. Una situación menos obvia se refiere a Jordan Veretout, cuya salida parece inevitable después de una temporada regular con OL. Aunque ha llegado a un acuerdo con Al-Arabi, las negociaciones se están arrastrando debido a las diferencias en la cantidad de la transferencia.

OL está a punto de jugar su primer juego amistoso del verano, un partido contra Villefranche, que marca el comienzo de una nueva era después de dos meses de turbulencia interna. Estos dos meses culminaron con el reingreso a la Liga 2, y el despido de John Textor de la presidencia del club y del Grupo de Fútbol de Águila. Textor, una vez una figura central, perdió gran parte de su influencia contra Ares, el fondo de inversión que financió su toma de OL. La dirección de Eagle Football Holdings, ahora reforzada por Chris Mallon y Mark Affoltère, tiene un control creciente sobre el club, y el futuro de Textor dependerá de la voluntad de Ares y otros accionistas de neutralizarlo.

La situación financiera de OL sigue siendo precaria, como lo demuestra la reciente transferencia de Thiago Almada al Atlético Madrid. Aunque John Textor ya no tiene poder de decisión, sigue involucrado en los asuntos del club. El futuro de OL dependerá de la estrategia de Ares, que podría considerar una toma completa declarando una depreciación del valor del club. La cuestión crucial es cuando el fondo de inversión tomará medidas concretas para estabilizar al equipo y garantizar su futuro deportivo y financiero.