El jugador del ASSE, Morgane Belkhiter, experimentó una experiencia desgarradora durante la CAN de las mujeres. Después de una brillante actuación, su curso terminó en una lesión de cuarto de final contra Ghana, tras un derrame cerebral sin sanción. Esta eliminación desencadenó una ola de crítica y acoso en línea, apuntando no sólo al jugador sino también a su familia. Morgane denunció la ausencia de VAR en el juego y expresó su dolor por lo que sentía era la falta de respeto por sus familiares, con mensajes enviados por cuentas anónimas. A pesar de las críticas personales que puede soportar, destacó el ataque inaceptable contra su familia, denunciando una situación que va más allá del deporte y plantea la persistente cuestión del odio en línea de los atletas.
Al mismo tiempo, Jonathan Détrier, jugador del Asse Coeur-Vert, fue seleccionado por primera vez como equipo francés para participar en la Copa de las Naciones EPFA en Italia. Esta nominación, resultado de una temporada excepcional y dos sesiones de preparación, es una consagración para el jugador, que ha hecho una contribución significativa al cuarto lugar de su equipo en D1. Detrier, número 10 verde, expresó su orgullo y determinación para asegurar su contribución al equipo nacional, con el objetivo de destronar Inglaterra, campeón en el título. Antes del torneo, el equipo francés llevará a cabo un entrenamiento de preparación en Mâcon.
La historia de Morgane Belkhiter y Jonathan Détrier ilustran dos facetas de la realidad actual del deporte profesional. La primera destaca la vulnerabilidad de los atletas al acoso en línea y la necesidad de protegerlos, mientras que la segunda celebra el reconocimiento del talento y el duro trabajo de los jugadores. Estos dos ejemplos ponen de relieve la importancia de apoyar a los atletas en sus viajes, tanto en el terreno como en sus vidas personales, y de combatir la deriva del odio y el acoso en línea.