Olympique Lyonnais se acercó a la relegación en la última temporada de Ligue 1, un evento que recuerda un período oscuro en la historia del club. La situación empeoró bajo la dirección de John Textor, cuyos métodos de gestión, caracterizados por operaciones opacas y la venta de activos, provocaron la indignación de muchos de los actores del club: partidarios, medios de comunicación y gestión. Según Nicolas Puydebois, Textor no tenía una visión a largo plazo para OL, sino que sólo pretendía enriquecerse desviando los fondos del club para financiar otros proyectos. Esta política fue particularmente visible con la reciente venta de Thiago Almada, que ilustra una estrategia global para desestabilizar el club.
La llegada de Michele Kang a la cabeza del club marca un punto de inflexión potencial. Sucede a John Textor después de un período de profunda crisis, y su proyecto parece más fuerte y centrado en la sostenibilidad del club. El ex propietario, aunque tratando de enmascarar sus intenciones con discursos optimistas y comunicación intensiva, nunca tradujo sus promesas en acciones concretas. Es visto como un manipulador que engañó a toda la comunidad de Lyon, poniendo en peligro 75 años de historia del club.
Aunque la toma de Michele Kang no puede borrar completamente las consecuencias de errores pasados, ofrece una perspectiva más prometedora para OL. La situación actual es un recordatorio de los peligros de la gestión financiera casual y la falta de visión a largo plazo en el fútbol. La esperanza es que el nuevo, más fuerte y más responsable proyecto restaurará la confianza de los fans y revive el club en un camino de éxito duradero.
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