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Lyon eliminó de Europa League después de una cruel derrota en Old Trafford

El jueves por la noche, en Old Trafford, se celebró una noche que marcará la historia del fútbol europeo y, más particularmente, la de Olympique Lyonnais. La eliminación de OL contra Manchester United en la Europa League, con una puntuación de 5-4 después de la prolongación, está ahora entre las más amargas derrotas europeas del club, compitiendo con los últimos fracasos contra el Real Madrid, Juventus y Manchester City. Después de dos temporadas de ausencia, el regreso de Lyon a la escena continental había despertado la esperanza de un logro histórico, el de unirse a Olympique de Marsella y París Saint-Germain en el panteón de los clubes franceses coronados en el Continente Vieux.

OL había sido capaz de destacar durante las etapas preliminares, mostrando un dominio innegable a pesar de algunas debilidades. La confrontación con Manchester United, que fue un punto culminante de la historia del club inglés y su legendario ambiente del estadio, fue un punto de inflexión potencialmente decisivo. A dieciséis minutos del final, Olympique Lyonnais parecía tener la hazaña esperada. Sin embargo, esta perspectiva se ha desvanecido en amarga decepción, exacerbada por la crueldad de un escenario que recuerda las crueles eliminaciones que han pasado. A pesar de la inferioridad numérica, el equipo de Lyon había logrado dos veces silenciar a Old Trafford en una extensión, creando la ilusión del éxito inminente.

La decepción fue palpable, ya que el equipo parecía tener el control del juego, especialmente después de que Alexandre Lacazette convirtiera una penalización. Este evento había incluso convencido a muchos espectadores, incluso algunos de los partidarios de Mancuna, del resultado favorable del partido. Esta eliminación plantea una vez más la cuestión de un techo de cristal que parece estar reteniendo las ambiciones de Lyon en el escenario europeo. A pesar de esta dolorosa realidad, la dirección de OL y los jugadores deben mirar hacia el futuro, continuando sus esfuerzos por revivir las mágicas y trágicas veladas europeas y, sobre todo, romper este techo de cristal que les impide llegar a la cumbre.