En el período previo a la final del trimestre de regreso de Ligue Europa contra Manchester United, el entrenador de OL Lyons Paulo Fonseca quería volver a la suspensión que le golpeó, tras un incidente en el partido OL-Brest el 2 de marzo. Tras un tenso intercambio con el árbitro, Benoît Millot, el táctico portugués recibió una suspensión de nueve meses impuesta por la Comisión Disciplinaria. En una entrevista con L’Équipe, el Sr. Fonseca negó categóricamente cualquier contacto físico con el árbitro, afirmando que sólo había hecho un velo en su cara. Señaló que no tenía intención alguna de atacar al Sr. Millot, añadiendo que no había mostrado ningún movimiento de retrospectiva, que demostraba la ausencia de contacto.

El técnico también expresó pesar por su comportamiento, reafirmando que era el primero en reconocer su error. However, it regrets that the incident was instrumentalized and that public opinion accused him of acts he did not commit. Esta suspensión, paradójicamente, parece haber fortalecido el colectivo Lyon, que ha demostrado una notable serie de resultados desde entonces, incluyendo seis victorias, un sorteo y una derrota en ocho partidos, empujando al equipo hacia una posición virtual de cuarto lugar en Ligue 1.

Según Paulo Fonseca, este período de distancia consolidó el espíritu del equipo y la determinación de los jugadores de superarse. El entrenador señaló que la suspensión facilitó la unidad dentro del vestuario y fortaleció la cohesión entre todos los miembros del club. Con este impulso positivo, Olympique Lyonnais se presenta esta noche en Old Trafford, con la ambición de obtener una calificación para la última plaza de la Europa League. La patada será a las 9:00.