Olympique Lyonnais sufrió una amarga desconfianza durante su viaje a Old Trafford, la escena de un verdadero colapso en los últimos minutos del juego de regreso de los cuartos finales de la Europa League. Después de un primer acto desfavorable, marcado por una puntuación de 2-0 a favor de Manchester United, los jugadores de Paulo Fonseca hicieron un retorno espectacular, igualando y tirando de las extensiones. Sin embargo, esta heroica actuación fue empañada por la expulsión de Corentin Tolisso, sumergiendo al equipo en una situación delicada, teniendo que continuar el encuentro en inferioridad numérica. A pesar de esta dificultad, Olympique Lyonnais logró sacar ventaja, llevando de 4-2 a 10 minutos del término, antes de ceder bajo presión y inclinación 5-4.
La atmósfera del juego, inicialmente llena de esperanza, se convirtió en desolación tras el colapso final de los Gones. A pesar de las limitaciones impuestas por la inferioridad digital, el equipo mostró una determinación admirable, pero la fragilidad psicológica finalmente tomó el control. La acumulación de eventos, la expulsión, el aumento espectacular, y luego el retiro final, crearon una sensación de profunda amargura dentro del equipo y entre los partidarios. El defensor central Moussa Niakhaté, conmovido visiblemente, expresó su orgullo por el espíritu de combate demostrado por sus compañeros de equipo, destacando el compromiso total con el club francés, los fans y el fútbol.
En sus declaraciones en la zona mixta, el jugador elogió el carácter indomable de Olympique Lyonnais, insistiendo en la ausencia de vergüenza a pesar de la derrota. Afirmó su orgullo en representar a este club y compartir el vestuario con sus socios, reconociendo la dificultad de tomar acciones inmediatamente después de un partido de tal intensidad. Olympique Lyonnais dejó el Viejo Trafford con la convicción de que había dado el máximo, dejando atrás un memorable partido, marcado por momentos de euforia y cruel desilusión.