A medida que la vuelta trimestral de Europa League se acerca contra Olympique Lyonnais, antiguas figuras icónicas de Manchester United expresan seria preocupación por la situación actual del club. El declive gradual, que ha visto a los Diablos Rojos, históricamente acostumbrados a las etapas finales de la Liga de Campeones, cae a la 14a posición en la Premier League, se considera una fuente de gran preocupación. Gary Neville y Roy Keane, figuras claves en el pasado, destacan la magnitud del declive deportivo y señalan una falta de eficacia tanto en términos de la fuerza laboral como en las decisiones adoptadas por la administración, señalando que el reclutamiento no es adecuado para los requisitos de la Premier League.
El análisis de Neville y Keane confluyó en una observación amarga: a pesar del compromiso visible de algunos jugadores, el equipo luchó por alcanzar todo su potencial y no expresó el nivel de juego que una vez caracterizó a Manchester United. Neville no pudo presenciar otra derrota contra Newcastle, lo que ilustra una falta de coherencia y una brecha significativa entre el prestigio de la institución y el rendimiento actual de los jugadores. Keane, por su parte, defiende el trabajo de Ruben Amorim, considerando que se enfrenta a dificultades insuperables con un grupo de jugadores que considera profundamente en déficit.
Frente a esta situación crítica, Olympique Lyonnais se prepara para enfrentar a Manchester United en Old Trafford, el teatro de un ambiente mítico, y en un contexto donde los Diablos Rojos jugarán lo que parece el partido más crucial de su temporada. Las apuestas para los Mancunianos son claras: volver a una temporada difícil y darse la oportunidad de competir en una competición europea la próxima temporada, una ambición que pesa mucho en el ambiente actual del club.