El ASSE sufrió una pérdida de 3-0 al Paris FC en su cuarto juego de preparación, una reunión que dejó un profundo sentido de preocupación para el entrenador Eirik Horneland. Esta derrota, que forma parte de una serie de actuaciones decepcionantes después de una victoria alentadora contra Troyes, destacó debilidades estructurales y mentales dentro del equipo. Horneland expresó su frustración por la falta de intensidad, febrilidad defensiva e impreparación colectiva, destacando una inaceptable falta de concentración e implicación por parte de sus jugadores. A pesar de algunos flashes positivos, especialmente en la alta presión y la preservación del globo, estos momentos de brillo permanecieron esporádicos y sin continuidad real.
Sin embargo, esta reunión no fue sin esperanza, con la demostración del potencial de dos jóvenes jugadores. Joshua Duffus, después de entrar en el segundo período, trajo un aliento de oxígeno al ataque de Stéphanois gracias a su vivacidad y su voluntad de avanzar. Nadir El Jamali confirmó su progreso, mostrando precisión técnica y capacidad de crear compensaciones en el ala derecha. Estas prestaciones ofrecen un panorama prometedor del futuro y pueden abrir puertas para su integración en el primer equipo.
A pesar de estos pocos puntos positivos, la derrota contra el Paris FC puso de relieve grandes preocupaciones sobre la profundidad de la fuerza de trabajo en algunas posiciones clave, como el lado izquierdo y el delantero. Lassana Traoré sufrió en su corredor, careciendo de señales defensivas, mientras que Augustine Boakye tuvo dificultades para establecerse como un número falso 9. Irvin Cardona entregó una actuación discreta, carente de agudeza y creatividad en los últimos treinta metros. Horneland insiste en la necesidad de encontrar soluciones rápidas para llenar estos vacíos y prepararse mejor para la recuperación del campeonato en Laval, al tiempo que fortalece la mentalidad y la disciplina del equipo.