El Olympique de Marsella está pasando por un período tumultuoso tras un altercado entre Adrien Rabiot y Jonathan Rowe, que llevó al club a colocarlos en la lista de transferencias. Esta decisión, descrita como “inevitable” por Pablo Longoria, interviene en un contexto donde la OM busca gestionar las tensiones internas y optimizar su fuerza laboral. La situación es aún más delicada, ya que Rabiot, a pesar de su liderazgo en el equipo de la temporada pasada, está atrayendo creciente interés de varios clubes europeos, en particular italiano (Inter Milan, Juventus, AC Milan) y turco (Galatasaray), así como un nuevo contendiente saudí, Al-Ittihad.

Las discusiones sobre la salida de Rabiot son particularmente animadas en Italia, con rumores de intercambios incluyendo a Ismël Bennacer para reducir el impacto financiero de la transacción. El interés de AC Milan es notable, con Massimiliano Allegri disfrutando del perfil de la comunidad francesa. En Turquía, Galatasaray sigue de cerca el caso, con Rabiot en la parte superior de la lista de alternativas si su prioridad, Ilkay Gündoğan, no se materializa. La oferta de Al-Ittihad, liderada por Laurent Blanc, es una opción financieramente lucrativa que podría competir con los contendientes europeos.

El futuro de Adrien Rabiot sigue siendo incierto, con varias posibles pistas: un traslado a la Serie A, una aventura en Turquía o una salida a Arabia Saudita. Esta compleja situación, combinando tensiones internas, múltiples intereses y oportunidades de mercato, subraya la importancia de los próximos días para la OM para encontrar una solución que estructurará la fuerza de trabajo para la temporada 2025 y convertir la página en este impactante episodio.