Paris Saint-Germain ha sufrido una notable transformación de un equipo a menudo criticado por su falta de cohesión a un respetado, incluso temido, pretendiente en la escena europea. Este desarrollo es ahora indiscutible, ya que las alabanzas del entrenador del Real Madrid Xabi Alonso muestran en la víspera de su confrontación semifinal. Alonso destacó el alto nivel de juego del PSG durante varios meses, calificandolo como “supermeeting” y “gran prueba” para su equipo. Sus comentarios, particularmente significativos dada su conocimiento de los requerimientos del Real Madrid, demuestran la fuerza actual del club parisino.

Alonso insiste en la calidad del juego del PSG, caracterizado por una intensidad constante, una gran flexibilidad táctica y una rotación eficiente de sus jugadores. Saluda el control colectivo y el rigor táctico impuesto por Luis Enrique desde su llegada a París, una notable mejora sobre las críticas pasadas de las individualidades. El entrenador de Madrid reconoce que el PSG ha adquirido la legitimidad necesaria para ser considerado como un verdadero competidor en el escenario internacional, un reconocimiento que merece ser enfatizado.

Así que esta semifinal no es sólo un juego, sino una confirmación del ascenso del PSG a un nuevo nivel. Frente al club más titrado de la historia, París se percibe como igual, lo que le da a este encuentro un sabor especial. Alonso advierte que tomará un partido completo para superar a este equipo, capaz de crear oportunidades y jugar con valentía. La transformación del PSG es innegable: ha pasado de un equipo prometedor a un contendiente serio, capaz de competir con lo mejor.