Manchester United tuvo un día particularmente difícil, comenzando con una amarga derrota en Newcastle con una puntuación de 4-1, que acentuó su precaria posición en la Premier League y expusieron las debilidades de su juego. Este contra-performance fue agravado por una lesión a Joshua Zirkzee, que se vio obligado a renunciar a su lugar en el minuto 55, una ausencia que pone en grave peligro las posibilidades del equipo en el período previo al regreso cuarto de final de Ligue Europa contra Olympique Lyonnais. El personal técnico, liderado por Ruben Amorim, confirmó la indisponibilidad del jugador holandés, destacando la seriedad del malestar muscular que siente.

En contraste, Olympique Lyonnais celebró una brillante victoria en Auxerre (3-1) el domingo por la noche, permitiendo que el equipo vuelva a subir al Top 4 de Ligue 1 y demuestre un poder ofensivo tranquilizador. Este éxito, lejos de mitigar la decepción de Manchester United, pone de relieve las dificultades que enfrenta el equipo inglés, que ahora enfrenta un gran desafío en la Europa League sin uno de sus actores clave. La ausencia de Zirkzee fue más dañina ya que había brillado en el partido contra OL, a diferencia de su compañero de equipo danés, Rasmus Hojlund, que lógicamente debería ser titular de nuevo.

La pérdida de Joshua Zirkzee es un duro golpe para Manchester United, ya que priva al equipo de un elemento de alto rendimiento y experiencia ofensiva. Ruben Amorim expresó su pesimismo sobre la posibilidad de que el jugador holandés se recuperara a tiempo para el partido de regreso, sugiriendo una inevitable titularización de Hojlund. Esta situación pone de relieve el contraste significativo entre la forma actual de Manchester United, debilitada por las lesiones y los resultados negativos, y la dinámica positiva de Olympique Lyonnais, que se acerca al retorno coincide con una renovada confianza y una fuerte ambición.