Las noticias deportivas están dominadas actualmente por consideraciones financieras, hasta el punto de que el papel de los jugadores a menudo parece relegado al fondo. Sin embargo, la situación de los equipos sigue estando intrínsecamente vinculada a las decisiones de fondo, lo que dificulta la adopción de un enfoque separado de esas cuestiones. El futuro de Olympique Lyonnais (OL) se decidirá el jueves en la audiencia de la Junta de Apelaciones del ADNCG, con una decisión crucial sobre su retención en Ligue 1 o su relevación a Ligue 2 para la temporada 2025-2026. Toda la comunidad de Lyon espera firmemente la confirmación de la primera opción, condicionada a la satisfacción de los requisitos económicos.
En este contexto de alta tensión, Paulo Fonseca se prepara activamente para los próximos plazos. Su programa será intenso, incluyendo partidos amistosos y prácticas intensivas para el primer partido Ligue 1 contra RC Lens. Este movimiento hacia el norte tendrá una dimensión simbólica si OL logra permanecer en la primera división, porque se opondrán a Fonseca a Pierre Sage, su predecesor. Sin embargo, la entrevista entre los dos entrenadores será limitada, ya que Fonseca sigue suspendida tras su incidente con Benoît Millot, que dio lugar a una suspensión de nueve meses.
A pesar de esta suspensión, Paulo Fonseca se está acercando gradualmente a un regreso a los negocios. Se le prohibió el acceso a los vestuarios hasta el 15 de septiembre de 2025, lo que significa que tendrá que esperar cuatro partidos más: contra Lens y Rennes fuera, así como contra Metz y Olympique de Marsella en casa. Fonseca reanudará gradualmente su rol de coaching desde el quinto día de Ligue 1, con Angers llegando a Decines el 21 de septiembre. Sin embargo, esta recuperación está condicionada a que OL permanezca en la primera división y levante su suspensión.