La noche del miércoles al jueves, Neymar, figura emblemática del fútbol parisino, hizo su regreso a los campos del campeonato usando los colores de su club original, Santos. La espera fue palpable, marcada por la esperanza de ver al ex agresor de Barça y PSG recuperar una forma óptima después de una ausencia significativa de 42 días. Inicialmente presentado durante el partido contra Fluminense, su condición parece satisfactoria, el técnico consideró apropiado titularizarlo en este crucial partido contra el Atlético Mineiro, una oportunidad simbólica para que el jugador llevara una camiseta personalizada con el número 100, celebrando así su centenaria apariencia bajo los colores del club.

Sin embargo, este regreso tan esperado fue abruptamente interrumpido por una nueva lesión. Después de sólo 33 minutos de juego, Neymar fue forzado a renunciar a su lugar, evidentemente probado por el dolor en la mano detrás del muslo izquierdo. La emoción sumergió al jugador, cuyo rostro apareció a través de lágrimas y la necesidad de ser evacuado desde el suelo en una camilla. Todos los signos indican una recurrencia del muslo izquierdo ischio-jamber lesión, que parecía haber curado recientemente, arrojando una sombra sobre su futuro deportivo.

Dada esta preocupante situación, el club Santos aún no ha comunicado la naturaleza exacta de esta nueva lesión, ni la duración de la indisponibilidad que resultaría. El entrenador, César Sampaio, expresó su preocupación al final de la reunión, destacando la esperanza de que la ausencia de Neymar no fuera demasiado larga, sugiriendo el impacto significativo de este revés en las perspectivas del equipo.