La derrota de Paris Saint-Germain contra Chelsea en la final de la Copa Mundial de Clubes (3-0) marca un punto de inflexión en la carrera de Luis Enrique, quien sufrió su primera pérdida en la final del club después de una serie de once victorias. A pesar de una temporada excepcional para el PSG, coronada por una victoria en la Champions League, el equipo de Luis Enrique fue dominado sistemáticamente por Chelsea, que fue capaz de contrarrestar el estilo de juego habitual de los parisinos. Esta derrota destaca una debilidad táctica del PSG: su dificultad para reaccionar ante un equipo que controla su propio juego, como lo demuestra Chelsea replicando las estrategias de posesión y limpieza de PSG con mayor eficiencia.
La actuación individual de algunos jugadores parisinos, incluyendo Lucas Beraldo, fue especialmente criticada, señalando una falta de fuerza defensiva frente a los ataques de Chelsea. A pesar de los rumores de partida de Beraldo, el jugador dijo que estaba feliz en París y no quería salir del club. El presidente Nasser Al-Khelaïfi, aunque decepcionado, insistió en la hazaña general de la temporada, señalando que el PSG alcanzó cinco de cinco finalistas y ganó cuatro. También destacó la juventud del equipo como un activo para el futuro.
Esta final reveló que el PSG, aunque capaz de dominar en ataque, tiene dificultad para adaptarse cuando está dominado. La derrota, marcada por un amarillo para João Neves y la falta de eficacia en ataque, deja un sentido de frustración y oportunidad perdida. Sin embargo, la temporada 2024-2025 sigue siendo excepcional para el club, con la conquista de la Champions League y la participación en cinco importantes finales de competición. Luis Enrique tendrá que analizar esta derrota para fortalecer al equipo y evitar repetir los mismos errores en el futuro.