En una conferencia de prensa marcada por la emoción y la ira, Liam Rosenior expresó profunda decepción por la falta de respeto por los jugadores y el club. Denunció ataques personales y banners provocativos contra Emauneul Emegha y Marc Keller, destacando que esta situación estaba más allá del alcance de un simple partido de fútbol. Rosenior lamentó que el club se hubiera encontrado a pesar de sí mismo en el corazón de tal episodio, que podría marcar un punto de inflexión en la relación entre Racing y su público. Subrayó la magnitud de esta situación, que forma parte de una escalada de tensiones desde 2023, a pesar de los intentos de dialogar con los ultras.
El jugador deploró la falta de respeto y el deterioro del clima alrededor del club, describiendo una profunda brecha entre Racing y parte de su público. Expresó su tristeza por esta situación, especialmente por los jóvenes jugadores que dan todo su pasión y energía sobre el terreno. Rosenior destacó la importancia de los seres humanos en el fútbol, recordando que el deporte es principalmente una cuestión de placer y pasión. Se pregunta qué dirección tomar para aliviar las tensiones y mantener el vínculo con los partidarios, destacando que el club debe permanecer fiel a sus valores, independientemente de la gobernanza.
Rosenior se pregunta sobre el futuro del club y la posibilidad de un divorcio definitivo entre el Racing y una parte de su público. Expresa su incomprensión respecto del alcance de las reacciones y la falta de respuesta de los actores interesados. Concluyó diciendo que el club merecía mejor y que la situación actual era insostenible. Cuestionó la capacidad del club para mantener su identidad y lealtad a sus valores frente a estos desafíos, al tiempo que destacó la importancia de no ceder a la desesperación y seguir creyendo en el futuro.