Christophe Pélissier, el actual entrenador del AJ Auxerre, ha alimentado desde la infancia un profundo y sincero afecto por el AS Saint-Étienne, un club que ocupa un lugar especial en su corazón. Aunque nunca ha tenido la oportunidad de usar los colores stéphanois como entrenador, este vínculo emocional ha sido arraigado en su memoria desde que un final de la Copa Europea de Champions Clubs ayudó en Glasgow en 1976, cuando sólo era un niño de once años. Esta experiencia notable selló su apego al club, un sentimiento que expresa regularmente con emoción y orgullo.
Más allá de las actuaciones deportivas y la historia del club, es el ambiente único y vibrante de Geoffroy-Guichard, apodado el “Chaudron”, que fascina profundamente al Sr. Pelissier. Reconociendo la atmósfera única del estadio Luzenac, destacó la importancia especial del estadio icónico de Saint-Étienne, que presenció muchos juegos y recuerdos preciosos. Esta sincera pasión también se manifiesta en sus aspiraciones profesionales, admitiendo que, aunque el Téfécé de Toulouse ocupa un lugar en sus sueños, el AS Saint-Étienne tiene un significado especial.
Sin embargo, el futuro parece para el momento de hacer que este sueño sea difícil de alcanzar, ya que los líderes estofanos han optado por la estabilidad dando la posición de coaching a Eirik Horneland a largo plazo. Sin embargo, el mundo del fútbol es por naturaleza impredecible, y la oportunidad de ver a Christophe Pélissier un día dirigiendo la AS Saint-Étienne, realizando así el resultado del sueño de un niño, sigue siendo una posibilidad, aunque distante.