Después de un tenso partido contra Aston Villa, París Saint-Germain se calificó para las semifinales de la Champions League, a pesar de una amarga derrota en el campo opuesto (3-2). El juego, marcado por un prometedor comienzo con dos objetivos parisinos, vio a los jugadores de Luis Enrique sufrir un inquietante giro, destacando una significativa disminución de intensidad. Esta reunión innegablemente causó un miedo entre los jugadores, pero el capitán Marquinhos prefirió la perspectiva de calificar para la última plaza, un notable rendimiento para la segunda temporada consecutiva.

Marquinhos, visiblemente marcado por la intensidad del partido, expresó la necesidad de saborear momentos de éxito, incluso en adversidad, destacando la importancia de la resiliencia y demostración de valores. Reconoció que el equipo había cometido errores, incluyendo una disminución de intensidad después de tomar ventaja, y destacó la necesidad de corregirlos para las semifinales, donde el mínimo detalle puede ser decisivo. También destacó el progreso constante del equipo y reconoció los puntos a mejorar.

Finalmente, Marquinhos elogió la actuación del portero Gianluigi Donnarumma, considerando que tal jugador es indispensable para alcanzar las esferas más altas de la competencia, citando su partido contra Liverpool como ejemplo de su creciente valor. Expresó la satisfacción y confianza del equipo en su capacidad de confiar en el portero para ir lo más lejos posible en la competencia.