En una reciente y larga entrevista con el periódico L’Équipe, Paulo Fonseca habló del incidente ocurrido el 6 de marzo durante el partido entre Olympique Lyonnais y Stade Brestois, que le había llevado a un gesto inapropiado hacia el árbitro Benoît Millot. El técnico de OL expresó su pesar por su comportamiento, reafirmando que había sido el primero en reconocer su error y que mantenía esta posición. Sin embargo, expresó su consternación por las falsas acusaciones e interpretaciones que siguieron a este evento, lamentando la falta de equidad en las sentencias contra él.
A pesar de su remordimiento, Paulo Fonseca se defiende de cualquier intención de contacto físico con el árbitro. Insistió en que sólo había recurrido a la verbalización, alegando que simplemente había gritado en la cara del Sr. Millot. Señaló que la falta de respuesta del árbitro, que no había retrocedido, era prueba de que no había habido contacto. Los portugueses consideraron que debía asumir la sanción por expresión verbal inapropiada, pero rechazaron cualquier acusación de violencia o agresión.
En conclusión, el entrenador Olympique Lyonnais trató de aclarar las circunstancias del incidente y defender su posición, reconociendo la gravedad de su comportamiento. Intentó poner en perspectiva los acontecimientos, expresando su pesar mientras destacaba su falta de intención agresiva hacia el árbitro, con la esperanza de matizar las percepciones y acusaciones que circulaban después del juego.