Ángel Di Maria, después de una exitosa carrera europea de 18 años, regresó a Rosario Central, su club de entrenamiento en Argentina, para jugar un juego. El evento despertó una gran emoción, con 48.000 fans reuniéndose en el estadio Gigante de Arroyito para dar la bienvenida al jugador. Di Maria, que también llevaba los colores del Real Madrid, PSG y Benfica, decidió terminar su carrera donde todo comenzó, lo que fue particularmente conmovedor para él y sus partidarios. La recepción recibida antes del partido fue un impulso emocional real para el campeón del mundo 2022.
El regreso de Di Maria fue marcado por un momento fuerte: anotó un objetivo de penalización en el minuto 77, potencialmente dando la victoria de su equipo. Sin embargo, el final de la reunión tomó un giro dramático. En el minuto 86, fue víctima de una intervención muscular de Vicente Poggi, tierra media de Godoy Cruz, quien lo obligó a dejar el suelo en camilla, en lágrimas. Aunque el entrenador de Rosario Central minimizaba la gravedad de la lesión, dejando al jugador era una decepción para el equipo.
Desafortunadamente, este difícil final de partido empeoró con la igualdad de Godoy Cruz al final del juego, impidiendo que Rosario Central celebrara un exitoso retorno para Di Maria. A pesar de la cálida bienvenida y su objetivo, el partido terminó en una nota amarga, destacando la fragilidad del fútbol y la tristeza inherente a las lesiones que pueden ocurrir incluso durante un regreso esperado. Este regreso, inicialmente lleno de esperanza y emoción, terminó en decepción.