Al acercarse la crucial final contra Chelsea, Marquinhos, capitán de París Saint-Germain, dio un discurso lleno de lucidez y humildad. Subrayó la importancia de no sucumbir al exceso de confianza, recordando que cada encuentro es único y que los éxitos pasados no deben distorsionar la visión del presente. Para él, esta final será una nueva página, donde la capacidad del PSG para imponer su juego mientras se adapta al oponente será decisiva. Marquinhos insiste en que el resultado dependerá del desempeño de cada equipo, al tiempo que expresa gran confianza en la preparación del personal y la determinación de los jugadores de implementar su plan de juego habitual, basado en la agresión y la ofensiva.
Reece James, capitán de Chelsea, mostró una confianza medida a pesar del poder del PSG. Reconoció la fuerza del equipo de París, el defensor campeón europeo, pero insistió en la singularidad de una final donde los favoritos no siempre estaban seguros de la victoria. James prefiere adoptar un enfoque humilde pero ambicioso, evitando presentarse como víctima. Subraya la calidad de su equipo y la capacidad de Chelsea para sorprender, al tiempo que destaca la importancia de una preparación cuidadosa y una oposición efectiva al juego de Luis Enrique.
Para Reece James, la clave del éxito radica en la preparación y capacidad de Chelsea para ofrecer una resistencia real al estilo de juego de PSG. Es consciente de la dificultad de la tarea, dado el éxito del equipo de París, pero sigue siendo optimista sobre la posibilidad de marcar su propia historia. El mensaje es claro: Chelsea no viene a presenciar la consagración del PSG, sino a escribir el suyo, con el deseo de librar una batalla equilibrada y sorprender al mundo del fútbol.