París Saint-Germain se clasificó para las semifinales de la Champions League, un logro significativo para el club. Sin embargo, la forma en que se obtuvo esta calificación deja una sensación de insatisfacción, especialmente expresada por Ousmane Dembélé, quien señaló una notable relajación de su equipo durante el segundo período del juego. Esta actitud, percibida como una presunción, hizo la tarea mucho más difícil de lo que debería haber sido, y destacó la fragilidad del club frente a una competencia de tal requisito.

Consciente de la necesidad de introspección, Ousmane Dembélé deploró la complacencia mostrada por sus compañeros de equipo, destacando que la Champions League no tolera ningún error o falta de concentración. El discurso del atacante logró recordar que, a pesar de la riqueza de la fuerza laboral parisina, nunca se logró la victoria y que una actitud humilde y rigurosa era indispensable para esperar el progreso. El equipo debe aprender de esta reunión para que no repitan los mismos errores en los próximos plazos.

A pesar de la alegría de esta calificación, el ex jugador de Barça pidió la rápida reanudación de la formación y el trabajo duro, destacando la necesidad de cultivar la ambición con cautela. El mensaje está claro: París Saint-Germain debe centrarse en la humildad, la disciplina y un esfuerzo constante para maximizar sus posibilidades de alcanzar la final y, finalmente, ganar el prestigioso trofeo europeo.