La reunión entre los jugadores de Olympique Lyonnais y Manchester United vio Lyon ofrece un espectáculo de contraste, marcado por errores individuales y una falta de coherencia en la aplicación del plan de juego. Lucas Perri, el portero, a pesar de algunas intervenciones decisivas, finalmente reconoció el objetivo de la derrota de horas extraordinarias, mientras que varios jugadores, como Clinton Mata y Georges Mikautadze, estaban abrumados por la intensidad del juego opuesto. La defensa demostró ser febrile, con costosos errores de Tagliafico y una actuación insatisfactoria general de Niakhaté, mientras que el mediocampista, encarnado por Tolisso, dio un rendimiento particularmente decepcionante, recordando los vagabundos observados por algunos jugadores de París Saint-Germain.
A pesar de estas dificultades, algunos elementos han brillado en el equipo de Lyon. Ainsley Maitland-Niles ofreció un paso decisivo, aunque incidental, y Rayan Cherki, después de un período de incertidumbre, mostró una renovada lucidez e iniciativa, antes de ser forzado a abandonar el suelo herido. La contribución de Malick Fofana, entrando en el juego, destacó el potencial de un equipo más conquistador, pero es lamentable que las elecciones tácticas de Paulo Fonseca, aparte de la de Fofana, hayan ayudado a romper el ritmo y el impulso de Olympique Lyonnais.
Al final, la derrota de OL contra Manchester United revela una falta de regularidad y control colectivo, con jugadores incapaces de cumplir con los requisitos europeos. Thiago Alada, por ejemplo, causó una pena innecesaria, mientras que otros jugadores lucharon por integrar y asumir plenamente sus responsabilidades. La reunión destacó los desafíos que enfrenta el equipo de Lyon para lograr un rendimiento constante y competitivo al más alto nivel.